El nacimiento del bebé se puede decir que se divide en dos partes, que pueden durar desde pocas horas
La primera parte
Se llama trabajo de parto. Durante el mismo, los músculos del útero, que ya han comenzado a colocar al niño en posición para su nacimiento, enderezan su curvado cuerpo cada tanto. Le guste o no, fuerzas superiores comienzan a desalojarlo.
Las primeras presiones sobre su cuerpo son suaves y sólo interrumpen su sueño, pero cuando las contracciones son más intensas y son más seguidas, lo mantienen despierto. La cavidad uterina se hace cada vez más larga y estrecha, su posibilidad de movimientos es prácticamente nula y las membranas que lo rodean se rompen y pierde el líquido que lo bañaba.
Lentamente comienzan a franquear el cuello del útero, con tejido muscular más rígido, y se enfrenta con los huesos de la pelvis materna, zonas todas desconocidas hasta ese momento para él.
La segunda parte
El proceso de nacimiento o período expulsivo, dura desde diez a veinte minutos hasta un par de horas. En esta etapa el bebé emerge definitivamente del cuerpo de la madre. Cuando llega al final del canal de parto, todas las presiones desaparecen y se encuentra libre, pero ahora enfrenta nuevas experiencias.
Antes de nacer, el bebé ha estado en contacto exclusivamente con líquido; todas sus vías respiratorias están llenas de líquido que deberá expulsar para permitir la entrada de la primera bocanada de aire, algo que le cuesta un buen esfuerzo realizar. Sus pulmones se expanden, su corazón comienza a enviarle sangre y la placenta deja de funcionar. Los vasos del pulmón se dilatan y bruscamente ingresa una gran cantidad de sangre en ellos. La circulación dentro del corazón también se modifica totalmente.
La primera parte
Se llama trabajo de parto. Durante el mismo, los músculos del útero, que ya han comenzado a colocar al niño en posición para su nacimiento, enderezan su curvado cuerpo cada tanto. Le guste o no, fuerzas superiores comienzan a desalojarlo.
Las primeras presiones sobre su cuerpo son suaves y sólo interrumpen su sueño, pero cuando las contracciones son más intensas y son más seguidas, lo mantienen despierto. La cavidad uterina se hace cada vez más larga y estrecha, su posibilidad de movimientos es prácticamente nula y las membranas que lo rodean se rompen y pierde el líquido que lo bañaba.
Lentamente comienzan a franquear el cuello del útero, con tejido muscular más rígido, y se enfrenta con los huesos de la pelvis materna, zonas todas desconocidas hasta ese momento para él.
La segunda parte
El proceso de nacimiento o período expulsivo, dura desde diez a veinte minutos hasta un par de horas. En esta etapa el bebé emerge definitivamente del cuerpo de la madre. Cuando llega al final del canal de parto, todas las presiones desaparecen y se encuentra libre, pero ahora enfrenta nuevas experiencias.
Antes de nacer, el bebé ha estado en contacto exclusivamente con líquido; todas sus vías respiratorias están llenas de líquido que deberá expulsar para permitir la entrada de la primera bocanada de aire, algo que le cuesta un buen esfuerzo realizar. Sus pulmones se expanden, su corazón comienza a enviarle sangre y la placenta deja de funcionar. Los vasos del pulmón se dilatan y bruscamente ingresa una gran cantidad de sangre en ellos. La circulación dentro del corazón también se modifica totalmente.
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